miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cómo instalar todos los codecs que necesitas



Los codecs son imprescindibles para ver tus vídeos o escuchar tu música en el PC. ¿Porqué? Tanto la música digital como, especialmente, el vídeo digital, requieren ingentes cantidades de espacio de almacenamiento por cada segundo de música o vídeo. En el caso de un segundo de vídeo DVD, por ejemplo, necesitas casi 30 MB. Eso significa que una hora de vídeo DVD ocuparía 108 GB. Está claro que no es posible manejar esa cantidad de datos cómoda y fácilmente.

Por eso se utiliza la compresión en los campos del audio y vídeo, a fin de reducir la cantidad de datos a almacenar, transmitir o procesar para su visualización o audición. Lo que pasa es que existen muchas formas de compresión de los datos de vídeo o audio. Seguro que ya conoces muchas de ellas, como DivX, MPEG, Xvid, H264, etc.

Esto significa que el sistema operativo necesitaría conocer todos los tipos de compresión que existen y que van apareciendo con los años. Como eso es imposible, se inventaron los codecs (abreviado de codificador/decodificador). Se trata de pequeños programas que se integran en el sistema operativo y de los que cada uno domina un determinado tipo de compresión. Cuando abres un vídeo, el reproductor de turno analiza la cabecera del mismo y carga el codec de descompresión correspondiente, para que puedas ver la película en el PC. El trabajo del codec es el de descomprimir los datos de vídeo y pasarlos al reproductor, para que los muestre. A su vez, para crear un vídeo en un formato determinado, necesitas utilizar el codec con la compresión apropiada.

1. Descarga el Codec Pack. De serie, cada nueva versión de Windows incluye cada vez más codecs, pero naturalmente es imposible que los tenga todos, especialmente porque se van desarrollando nuevos métodos cada año. Por ello necesitas instalar los codecs adecuados uno a uno para cada tipo de vídeo que quieras ver. Por suerte, a alguien se le ocurrió la idea de crear un paquete de codecs que puedes instalar de una sola vez y que cubrirá prácticamente todas tus necesidades desde el principio. Existen muchos de estos paquetes, pero uno de los más sencillos de utilizar y más completos es K-Lite Codec Pack.

En el sitio web haz click en Download K-Lite Codec Pack. Luego localiza una de las entradas K-Lite Codec Pack X.X.X FULL (donde X.X.X será el número de versión más actual del momento). Descarga el paquete de codecs desde aquí.

2. Instala los codecs. Ahora inicia el instalador y pulsa sobre No en todas las ventanas que puedan aparecer avisándote de que ya tienes DivX o XVid, etc. instalados y que lo mejor sería quitarlos y sustituirlos por las versiones del paquete. A menos que haga realmente mucho tiempo que instalaste estas versiones y sean realmente antiguas, deniega la sustitución. Esto es tanto más cierto si dispones de una versión comercial de DivX, que hayas pagado.



Luego avanza por el instalador hasta que llegues a la siguiente pantalla de selección. Aquí es donde debes decidir qué codecs necesitas y cuáles no. Inicialmente, el ajuste predeterminado es adecuado para casi todos los casos. De todas formas, si luego necesitas un codec específico más adelante, puedes volver a ejecutar el instalador y agregarlo con facilidad.



Avanza de nuevo por el instalador y llegarás a un nuevo cuadro en el que has de elegir qué asociaciones de archivo deseas realizar con el reproductor de medios de Windows o con Media Player Classic, incluido con el paquete de Codecs.

Cuando termines, continua con la instalación y en la última pantalla haz click en Finish. Como verás, dispones de diversas posibilidades de configuración adicionales en la misma, pero por el momento no son necesarias. Si quieres saber cómo configurar ffdshow, puedes aprenderlo en el tutorial correspondiente.


Y ya tienes tus codecs listos para ver prácticamente cualquier película que se te pueda cruzar en el disco duro.

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